Anemia y embarazo
La anemia se define como el déficit del número de glóbulos rojos o el tamaño de los glóbulos rojos que contiene la sangre.
La prevalencia global de anemia en el embarazo es de aproximadamente el 41,8%, con variaciones desde apenas el 5,7% en los Estados Unidos hasta el 75% en Gambia (Organización Mundial de la Salud). Según la OMS se define como anemia en el embarazo cuando la hemoglobina es < 11 g/dl en el primer trimestre y < 10,5 g/dl en el segundo y tercer trimestre, niveles menores de la población normal ( hemoglobina<12g/dl) debido a la hemodilución que existe en la gestación. Sin embargo, en los países industrializados, la mayoría de las mujeres sufre deficiencia de hierro, aunque el número de glóbulos rojos sea normal. Por tanto, cuando hablamos de anemia en el embarazo es más correcto referirnos a “anemia ferropénica” aunque hay muchos casos con déficit de hierro sin anemia; es la llamada “Ferropenia sin anemia”. De esto deducimos la importancia de solicitar a todas las embarazadas no sólo un hemograma, sino también ferritina en sus analíticas para detectar las pacientes con déficit de hierro.
¿Cuáles son los factores que aumentan la anemia ferropénica en el embarazo?
- Multíparas
- Intervalos intergenésicos cortos (<2 años)
- Embarazo múltiple
- Menstruaciones abundantes
- Dietas pobres en hierro
- Adolescentes
- Enfermedades médico-quirúrgicas (Enf. Inflamatoria intestinal, Cirugía bariátrica, artritis reumatoide, lupus, etc)
¿Cómo afecta la anemia a la madre en el embarazo?
Hay más cansancio, debilidad muscular (astenia), falta de concentración y más riesgo de desarrollar preeclampsia ( hipertensión arterial y proteinuria).
¿Cómo afecta la anemia al feto?
En situaciones de una anemia ferropénica severa hay más riesgo de prematuridad, crecimiento intrauterino retardado, bajo peso al nacimiento y bajos depósitos de hierro del recién nacido.
Por tanto, es necesario solicitar a todas las gestantes un hemograma con perfil férrico en los tres trimestres de embarazo. Se debe administrar hierro a las embarazadas en cuanto se diagnostique anemia ( hemoglobina y nº de glóbulos rojos bajos) , ferropenia sin anemia ( déficit de ferritina sin déficit de hemoglobina) o anemia ferropénica ( déficit de hemoglobina y ferritina). La administración de hierro debe realizarse hasta el parto, aunque se haya normalizado la anemia en el embarazo, debido a que durante el parto ( ya sea parto vaginal o cesárea) se pierde bastante sangre. En el postparto también se recomienda la administración de hierro tanto si la madre decide dar lactancia materna como artificial.